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Mi pasión por la política

Testimonio – El encuentro Co-Governance y volver a escuchar las palabras de Chiara Lubich en Castel Gandolfo ratificaron mi pasión por la política como el amor de los amores.

Cuando vi a Chiara por primera vez en una conferencia a través de un video, en uno de los módulos de la Escuela de Formación Social y Política para Jóvenes del Movimiento Políticos por la Unidad (MPPU), en mi pequeña ciudad de Cerrito, Entre Ríos, en 2006, supe que ese era mi lugar. Era allí donde podía sembrar, donde podía generar cosas para los demás, donarme por entero y encontrar mi realización plena. Tenía 29 años y hasta allí mi vida transcurría con las prioridades de ser mamá de dos varones de cinco y dos años, ser una buena compañera para mi esposo y trabajar en la empresa familiar. Participaba en la Comisión Directiva del Centro Comercial y unos años antes había sido parte de la Juventud Agraria Cooperativista en la zona. La participación y el compromiso forman parte de mi adn, ya que mis padres habían trabajado en la agricultura y en la docencia rural, con trayectoria de servicio en sus comunidades. En el año 2000, luego de siete años de noviazgo, me casé con Orlando Lovera. Un hombre bueno, comprometido y jugado por su pueblo, que se dio por entero. Fue intendente de Cerrito desde 1999 hasta 2015 y luego concejal hasta su muerte, en enero de 2017. Siempre lo apoyé en su función y aprendí todo de él en lo que a gestión se refiere. Nunca había sido funcionaria. Mi misión era ser su compañera y compartir sus ideas, darle otras, moldearlas juntos. En 2015 fui electa como primera concejal en la lista de la Unión Vecinal Cerrito. Un partido local, cuya finalidad es trabajar por el interés concreto de los vecinos. No tiene vinculación con otros que sí poseen una estructura provincial o nacional, sino que la relación es meramente institucional. Somos independientes. Siento que la política es una herramienta de construcción formidable para los pueblos y la indicada para transformar la realidad de las personas. Cuando uno siente esto con pasión, es capaz de transformarlo todo. Las ideas, la creatividad, la iniciativa nacen, fluyen naturalmente y la posibilidad de servir a los demás se transforma en un hecho natural, de todos los días. Y eso es lo que trae realización y felicidad a nuestras vidas. Cuando escuchaba reflexionar a Lucía Fronza, presidenta del MPPU Internacional por aquellos años, sobre la vocación, la participación, el compromiso y el servicio, fui descubriendo que en Cerrito sucedía todo eso. Nada más y nada menos que la política con valores, transformando una ciudad. Y eso me animó a dejar de ser la compañera que compartía en la intimidad del hogar para ser la ciudadana que iba al frente, participando con identidad propia y aportando ideas. Fue un hermoso proceso de autorrealización y crecimiento, que aún no termina. Una idea para mi provincia Guiada por el paradigma de la Fraternidad, presentamos a la Vicegobernación de la provincia de Entre Ríos una idea que tenía que ver con la formación de concejales de todos los municipios y de todos los partidos políticos, con el objetivo de elevar el nivel de discusión política en cada Concejo Deliberante para que las ciudades se desarrollaran en armonía y con dirigentes preparados, reconociendo los recursos propios en cada lugar y potenciándolos en un crecimiento genuino. Esa idea se transformó en el Programa en Gestión Legislativa y Políticas Públicas Municipales de la Vicegobernación de Entre Ríos, cuyos módulos de capacitación son dictados por docentes de todas las universidades que tienen sede en nuestra provincia. Es una emoción profunda contar con la posibilidad de una tercera edición en este año 2019, porque los concejales nos hemos apropiado de ese espacio, compartimos experiencias, las replicamos o las analizamos y transformamos, cada uno para su comunidad. Mi participación en Roma Haber podido participar del encuentro Co-Governance en enero fue una experiencia única para mí. Allí se reconoció la trayectoria de Orlando y tuve la posibilidad de compartir esta experiencia del Programa ante políticos de todo el mundo, con los que compartimos valores, la Regla de Oro (“Hacé a los demás lo que te gustaría que hicieran con vos”) y, sobre todo, el paradigma de la Fraternidad. Ese encuentro significó redimensionar que la política es una herramienta de construcción formidable para los pueblos. Significó reafirmar que este es mi camino. Compartir experiencias con políticos de mega ciudades y de comunidades de menos de 1500 habitantes me hizo revalorizar lo hecho en la mía, los logros y lo que nos falta para seguir creciendo. A mi regreso, la Asamblea de la Unión Vecinal Cerrito definió que fuera candidata a viceintendenta de la ciudad. Agradecí la confianza a los afiliados y asumí el compromiso. Como en todos los ámbitos de la vida, en la política también hay dolores. Dolores profundos. Decepciones. Impotencias. Tiempos que no son los de la gente. Pero los tomo como pruebas y desafíos que nos ayudan a crecer y a ser mejores personas. Obviamente son procesos. Algunos inmediatos y otros llevan su tiempo. Pero creo firmemente en los planes de Dios. Y me considero un instrumento de su amor. Mi familia también es parte Tengo cinco hijos (Valentino, de 17; Giovanni, de 14; Chiara, de 11; Gianna, de 7 y Gianluca, de 4) y también son parte de mi pasión por la política. Quiero dejarles al menos la idea de que cada uno, aportando un granito de arena, puede hacer un poquito mejor al mundo. Y que es necesario transmitir nuestros valores, la libertad, la honestidad, la transparencia, la verdad y sobre todo la Fraternidad, en todo lo que hagamos a diario. Mi lema en casa cada vez que hay algún incidente es: “Hijo/a no le hagas a los demás lo que no te gusta que te hagan a vos”. Y reflexionamos al respecto. Ojalá puedan internalizar todo lo que quisiera y lo que necesitarán para ellos poder transformar su metro cuadrado cuando les toque hacerlo. Chiara influyó muchísimo en mi vida, al igual que la experiencia política de Orlando. El amor por los demás se puede demostrar a través de la política, haciendo las cosas bien, con sensibilidad, con empatía. Interiorizándose, participando, involucrándose en las decisiones. La política puede ser un ámbito que muchos consideran “sucio” pero para mí, con conocimiento de causa y por experiencia propia, es una herramienta de construcción formidable para los pueblos, porque la política nos atraviesa en todos los ámbitos de la vida como ciudadanos y, como dice Chiara, estoy convencida y me emociona escucharlo y decirlo: “es el amor de los amores”.

ESCRITO POR VANINA GRINOVERO Artículo publicado en la edición Nº 608 de la revista Ciudad Nueva.
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