La tecnología digital actual ya permite serias manipulaciones a la expresión individual. Las enormes posibilidades de ejercer la libertad pero también de controlarla avivan las tentaciones de regular la www
Nacido en Libano pero de origen egipcio, Fadi Chehadé reside en California. Fue director general del Icann, el organismo que administra técnicamente la www y dicta sus protocolos. Hoy integra la comisión ONU que se ocupa del futuro digital.
-Internet y las redes sociales crean un contexto multicultural, multirreligioso, multiétnico… Se creía que la revolución digital formaría mágicamente a individuos capaces de conducir a una cohabitación pacífica del planeta pero, en los hechos, asistimos a un resurgimiento de nacionalismos disfrazados de soberanismos.
Descubrimos, contrariamente a lo que se pensaba hace 20 años, que el poder de la red se puede usar para crear “islas de pensamiento”, que el fundador de la web, Tim Berners-Lee, llamaba “jardines amurallados” (walled gardens) y que detestaba, porque para él, la web se había creado para abrir puertas, no para cerrarlas. Pero no es de extrañar. Siempre debemos pensar que Internet, como todo en la vida, tiene el poder de crear una humanidad que tiene los medios para escuchar al otro, superando el propio círculo de conocimientos y, al mismo tiempo, tiene la posibilidad de identificar rincones en los que esconderse. Es decir, debemos separar Internet de lo que sucede dentro de ella. Hoy en día, Internet está formada por aproximadamente 77.000 redes separadas, pero reunidas. Vinculados a esta red, hay unos 30 mil millones de objetos (teléfonos, relojes, computadoras, termómetros digitales, timbres…). Mi hijo, que vive en otro estado de Estados Unidos, todavía está vinculado al timbre de mi casa con su teléfono móvil, y ayer me llamó para decirme que alguien estaba llamando a mi puerta. Todo está vinculado. Son 30 mil millones de objetos, pero para 2030 habrá alrededor de un billón, incluyendo muchos nuevos tipos de elementos, no solo teléfonos y computadoras, sino también mi cerebro, mi corazón… Hoy ya hay cientos de miles de marcapasos conectados a Internet. Aquí, entonces, está la nueva perspectiva, que da miedo: la infraestructura física y biológica del mundo estarán vinculadas a la Red. Los seres humanos y los robots, todo estará vinculado a Internet.
-Todo lo que sucede en Internet, como el envío de correos electrónicos o los mensajes de WhatsApp, todas los post de las redes sociales, son aplicaciones simples en la Red. La entera “world wide web” (www) es una aplicación en Internet. Siempre es necesario considerar aparte Internet, que ofrece la posibilidad de vincularse y que, en mi opinión, es el fruto de un genio increíble, mi amigo Berners, quien siempre me dijo: “Quería crear algo abierto; cuando configuré el protocolo central de la Red, hubiera podido escribirlo más cerrado y seguro, pero lo hice abierto y colaborativo, para poner a todos alrededor de la mesa”. Pero el ser humano ha optado por utilizar esta red de diferentes maneras. Piense en la “red oscura” (dark web), que constituye las tres quintas partes de la www, y es invisible para la mayoría. Existe la web visible (una quinta parte), y eso es todo lo que normalmente vemos, y existe esta red oscura, creada por militares de Estados Unidos, en la que se pueden compartir cosas de forma anónima y secreta. Y que hoy es usada no solo por los militares, sino también por terroristas y criminales.
-Internet y las redes sociales parecen haber reducido el espacio de la opinión pública, dejando solo la opinión individual en primer plano. ¿Se viene un relativismo absoluto? En Oxford, Ngaire Woods, profesor de Gobernanza Económica Mundial, habla mucho sobre la “voz del individuo” en el nuevo mundo digital. Sostiene que la voz de los gobiernos se está volviendo cada vez más clara. Por ejemplo, Dinamarca creó un “embajador digital” en Silicon Valley: los gobiernos están tratando de hacer que su voz se escuche en el mundo digital. Singapur hará lo mismo, esto sucederá cada vez más. Yo paso parte de mi tiempo en Oxford y Harvard y parte hablando con ministros y líderes de todo el mundo para prepararlos para que sus voces se escuchen en el universo digital. Los gobiernos saben cómo hacerlo. Los hombres de negocios también están empezando a comprender que tienen que hacerse oír en la Red. Antes no estaba claro cómo hacerlo, pero ahora Microsoft, por ejemplo, es la primera compañía digital que está comenzando a hablar del papel humano, social y legal en el mundo digital de forma abierta. Brad Smith, su presidente, en 2017 fue el primero en declarar que existe la necesidad de una especie de “Convención de Ginebra” para el mundo digital. Fue atacado por otros, que piensan que esto crearía una regulación contraria a la actual desregulación. Pero Smith explicó que, por el contrario, daría más responsabilidad al business y permitiría a esas empresas hacer oír su voz en el mundo digital. La tercera dimensión necesaria es la de la persona. ¿Cómo se puede escuchar la voz del individuo en el mundo digital? Ngaire Woods sostiene que ahora está claro para los gobiernos y las empresas cómo hacerlo, pero no para las personas. Esto es una paradoja: Internet le da al individuo, como nunca antes en la historia de la humanidad, la posibilidad de expresarse y poner su voz en la plaza pública. Pero, debido a las malas intenciones de las personas que controlan el debate público en Internet, la voz de la persona es difícil de identificar y valorar. ¿Es una verdadera voz? ¿Es una voz manipulada? (continuará)
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